martes, 24 de junio de 2008

MILAGRO DOS

Soñaba mi alma (enferma o no está por verse)
Con la composición de grandes obras
Para instrumentos aún no construídos
De pronto el viento cerró la puerta sobre mi dedo meñique
Y todo lo que había estudiado ¿para qué, mi Dios?

Imposible seguir adelante. Agoté el recurso de la palabra
Y como un cuervo jodido de tripa olorienta ahuyenté a mis amigos
Hecho una verdadera revolución escatológica

El viejo Bach en la tumba, glacial, ni mu.
Yo despotricaba, y pensaba si era posible que Europa y América
Volvieran por fin a estar juntas. Volvieran por fin al principio.
Ah!, que dolores voluptuosos, la verga me estallaba de emoción,
Si bien nunca tuve “verga”, dicho así, tan feo,
Siempre pulcro, con un concepto entre las bolas.

Y tierno, siempre la ternura al llorar y al dormir, al coger
Qué poesía en mi caricia
Los ojos claros que me sobrevolaban y aún todavía, tempestad auguraban
Collares de plomo para mejor hundirme

De todo eso, entonces, soñé con escribir pequeña y noble Biblia
Un libro del dolor inexplicado, pequeño, risible,
De lo descascarado, ni siquiera en ruinas, solo gastadito
Busqué lo no dicho y encontré una mordaza
Que aferré con desesperación, que apreté con pena hirviente

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