martes, 1 de julio de 2008

Encharcado

En el charco te beso
y, cosa increíble, no hay náuseas
qué tan sucios estaremos
la cochinada no nos espanta
y nos embelesa la mugre de nuestros cuerpos
y nos rechinan los dientes de ternura
y nos embadurnamos el pelo
con lo que nos sobra del día

No quisiera estar en tu lugar conmigo al lado
intento escapar de mi, dentro tuyo
y ahí está oscuro
y caluroso
y por un momento lo olvido todo
y nos perdono, sinceramente
por un tiempo
respiro sin llorar y sin gritar

¿ Terminó ya y era eso?
Buena cosa, saberlo ahora

Volviendo al hospicio, volviendo a mí, a mi mismo, mis mimos, mi acolchonado calentito yo,
mi marmita y mi gato momificado, mi rumiar, mi memoria maltrecha,
mala cosa, los gérmenes
buena cosa, mis grageas
mala, buena, loca cosa mi gripe

Tengo revistas donde te veo
te ensalivo, ensalivo la hoja
te quiero, te quiero, digo dos veces
te beso, muerdo, ensalivo la hoja
mala cosa, mi lengua te traspasa
¡ Que delgada sos, cosita imaginada!
Así conmigo en cama en el mar
volando flotando de fiebre
¿ Por qué tiene que ser malo?

Cuerda rota

Imposible no reventarme las pústulas
sólo así entiendo
la frente impacta contra el cemento
ahí me calmo
O agujazo en la bola idiota de mis ojos
¿divierte?
Intento sacarme una mano de un hachazo
porque hoy no estoy tierno
hoy, nunca
parece que hoy es todo
un desierto largo en el que escupo
loco, solo, rabioso, sin pelo ya
incandescente, los órganos saliéndose
¡ Qué dulce! Chorreo, hago ruidos
y puras mucosas hoy soy
sólo así entiendo
¿ el qué?
No puedo acariciar, nunca más
me regocijo, ni cantar, nada,
ni hablar, se me quitó el don
un crío en la placenta soy
todo es tampoco
pobre, seco, chico, tenuemente vivo
hasta que estalla todo y
es solo griterío, no te molestes, digo,
en armar una historia,
hay dolor y eso es todo
y mentira, mucha, pero sorda,
yo, nada claro, busco la confusión
no lindo, no elegante,sin palabras,
telarañas, vidrio, llanto, giladas,
giles,
solo, solo, aia, completamente,
¿ y otras?¿ cosas? no, no, no creo
perdí la estampita del Santo
había memorizado la Oración
"Ayuda...", así empezaba,
pero hoy, perdón, eructo,
nada más puedo, dispensen,
¿ A quién? Al Padre
¿ Asado? No.
¿ Sexo? Frío.
¿ Amigos? Lejos.
¿ Tenis? Caro.
¿ Tocarse? Hunde. Chancho.
Al otro día resaca pesa
nada se acumula, bolsillito roto
¡ Chico joven lindo afeitado, sonreí!
Cansa.
¡ Grita! Duele garganta, perdón ¿té?
Sí, Y frazada. Y paños en la frente.
Un buen libro que hable de otros.
Que me haga olvidar el machacón
de las venas y su ritmo febril
el tambor en la sien en la nuca
¡ Anhelando ahora el balazo en la nuca!
El aliento, en la nuca, del verdugo
un amigazo con mi nombre y mi cara
sonríe, el sí, verdugo dulce, yo
aniquilando ¿ fríamente?¿fervorosamente?
al luminoso atleta que quiere vivir
o salir primero
al trote gacela alcanzada por yo, lobo,
gacela cae, yo, gime-llora,
manada de gacelas pisotea todo brote, yo
Gran y largo poema colapsa
en un funeral
sobrio
frío
finalmente algún alivio,
somnolencia tras tanto lagrimeo.
De la muerte se lo sabe todo.
Ningún misterio, pura excusa la muerte
¿ Nada aprendido?
De tanto salir y entrar
algo debería nacer
algo debería volver distinto

martes, 24 de junio de 2008

Desde el ropero

Y milagrosamente ocurrió la puesta en actividad. Todo cobró sentido pleno. Los guantes, el sofá carcomido, el velador de luz sedante, las miguitas en el piso. La chica de edad imprecisable, los rulitos en su cabeza pequeña, como si fuera una nena anciana. Un ventiluz cubierto de polvo de quien sabe quince días o más. No pienso en el cuarto de baño. Por algún motivo está limpio, lo quiero pensar limpio. Hay cosas que mejor no imaginar. ¿Fumó recientemente? No puedo responderlo, pero tuvo sin duda una juventud ¿o niñez? ligeramente alocada. Ahora el maquillaje es un revoque descascarado. ¿El otro tipo, al que le habla por teléfono? No sé. Corpulento. De camisita de mangas cortas, perfumado todo el tiempo, sonríe de costado y no fuma, le reprocha a ella que no lleva una vida sana. Ciclista, tal vez. De cereales comer.

Los guantes. Ella se enamoró o simplemente cayó aturdida ante él porque es un hombre ruidoso, son un símbolo, los guantes. No dejamos huella, en la vida en los otros. La chica hubiera querido que la tocaran siempre con guantes porque su piel se marca de nada, se ven hematomas. Con guantes, con guantes, le dijo ella ante las primeras caricias, y él al principio accedió, perverso, a fin de cuentas, como todos. Varón, mujer, varón, mujer. De chica, ahora, sueña con hijos pero no soporta la idea de que alguien en su cuarto también llore. Llorar es lo mío, dice, y yo la escucho. Siempre escucho.

Este es el sexto 43. Pero la ventana da al corazón de manzana. Pregunté por los víveres, no hay más que espárragos viejos. No pregunto por qué. Nunca me dio resultado.

Entonces la cadera desencajada, salida de donde debió estar, toda ella quedó mal acomodada en sí, alguien o algo la metió a presión en un cuerpo, un molde que no le cuadra. No es chiquita, está comprimida, repito, encajada a la fuerza, o quizá le extrajeron el agua y está deshidratada, o es un tema de la sangre. Pálida por eso.

Como el pez del agua ella vive de los colores que chupan sus ojos. No tiene buena circulación, todo el color del mundo se le queda en los ojos. Parece que está siempre sedienta, todo lo que ve le resulta poco. El cuarto se vuelve gris de tanto que ella lo mira.

Octavo para no

Perdidos secretos para no
De modo que finalmente se pueda
Y nunca más lo otro
Queremos estar a salvo de
Algo en definitiva dije que
Pero me llamé a silencio por
O fue quizá miedo, timidez y
Ah, qué puta ocurrencia me manda a mi a

Alguien sabe la posta y la calla
A ese alguno lo busco, me guarda una clave
Y era solo jugar, solo jugar hasta que
Lo de la muerte fue grosero, yo no tengo
Pero si a todos alegres o tristes nos
Tonteras, cada instante vale lo que
Pero si la angustia
Lamé y lamé hasta que basta

MILAGRO DOS

Soñaba mi alma (enferma o no está por verse)
Con la composición de grandes obras
Para instrumentos aún no construídos
De pronto el viento cerró la puerta sobre mi dedo meñique
Y todo lo que había estudiado ¿para qué, mi Dios?

Imposible seguir adelante. Agoté el recurso de la palabra
Y como un cuervo jodido de tripa olorienta ahuyenté a mis amigos
Hecho una verdadera revolución escatológica

El viejo Bach en la tumba, glacial, ni mu.
Yo despotricaba, y pensaba si era posible que Europa y América
Volvieran por fin a estar juntas. Volvieran por fin al principio.
Ah!, que dolores voluptuosos, la verga me estallaba de emoción,
Si bien nunca tuve “verga”, dicho así, tan feo,
Siempre pulcro, con un concepto entre las bolas.

Y tierno, siempre la ternura al llorar y al dormir, al coger
Qué poesía en mi caricia
Los ojos claros que me sobrevolaban y aún todavía, tempestad auguraban
Collares de plomo para mejor hundirme

De todo eso, entonces, soñé con escribir pequeña y noble Biblia
Un libro del dolor inexplicado, pequeño, risible,
De lo descascarado, ni siquiera en ruinas, solo gastadito
Busqué lo no dicho y encontré una mordaza
Que aferré con desesperación, que apreté con pena hirviente

Los Poemas

Todo antes que la repetición
Algo nuevo siempre
Reencontré los objetos afuera
Los colores: son turquesa, violeta,
La sangre de mis parientes, navego sobre ella hiperventilado

Una melodía que hace cosquillas en ¿dónde?
En la sabia montaña solo había un chiste
Nada de profundidades, solo ironía de la nieve eterna
Un bofetón de arbitrariedades gozosas, ¿eso?
Todo para no pensar, todo por el espanto de pensar

En una época los grandes pensadores sentían el pensar
Ahora padecemos el sentir y, en rigor, no pensamos
Firmo, lo firmo

Una cara de chica, ¿qué me dice? ¿Da todo lo mismo?
No, en serio lo pregunto: masturbarme o tocar la guitarra o comer fideos, da lo mismo?

Todo para no enfermar.
Cómo hice para estar vivo…